Yacimiento

Ancestralmente y de forma sistemática todas las civilizaciones han tenido una producción de objetos con un marcado carácter simbólico y mágico. Signos, formas antropomorfas y zoomorfas imaginarias, texturas y materiales forman parte testimonial de una capacidad de expresión y de la necesidad intima de su creador, pero también reflejan la manera de pensar de cada cultura.

Mi obra parte de esa tradición, la reinterpreta, crea una metáfora imaginaria. La frontera entre mi imaginario personal del mundo contemporáneo y referencias simbólicas de diferentes culturas se entremezclan.

Trabajo de forma espontánea e intuitiva, técnicamente sencilla. Los problemas que surgen durante el proceso encuentran solución con elementos que aparecen a mi alrededor.

Construyo artesanalmente objetos de arcilla y materiales reciclados, pequeños, imperfectos y únicos. Las manos se convierten en herramienta imprescindible. Mi huella aparece en la superficie y evidencia la existencia de la persona y su capacidad de expresión. Trabajo de forma espontánea e intuitiva, técnicamente sencilla. Los problemas que surgen durante el proceso encuentran solución con elementos e ideas que aparecen a mi alrededor.

El resultado son objetos atemporales, de apariencia étnica. Certifican la existencia de una cultura imaginaria y la recrean. Su presencia estática y arcaica explora tanto el mundo interior como el exterior. Refleja la soledad de la condición humana con una cierta carga irónica. En la sociedad contemporánea, moderna y globalizada, nuestro entorno cotidiano esta saturado de objetos que cumplen una funcionalidad o finalidad inmediata y material. Su producción es industrial y esta basada en leyes económicas. Son vulgares y carentes de identidad.

Jose Davila, marzo de 2010